sábado, 4 de octubre de 2014

Barrio perdido

De nuevo,
como otras veces,
perdido llego a una prolongación secreta
de mi barrio.
Parece Saavedra,
por momentos Villa del Parque.
Avenida, calles y boulevares
ya transitados pero exentos
de figurar en un mapa.
Los transeúntes podrían ser
los de cualquier parte de la ciudad,
salvo por su andar nihilista
y su desapego por la vida.
Nunca fueron felices, mas nunca infelices.
No se saben tristes, 
no se saben alegres,
pero conocen la risa.
En este desierto de autos,
peatones y confiterías,
reconozco a mi amigo
de gesto gentil
parado en la puerta
de un negocio.
Me ofrece un trabajo con él.
No es mucha la paga,
está en proporción
con la avaricia
de su patrón.
En el camino de vuelta
medito
sobre la propuesta
pero al llegar a mi cuadra
caigo en la cuenta
de que nunca sé
cómo volver.
Abro los ojos
y comprendo
que anhelo
un abrazo fraterno
con ese amigo de gesto gentil.
Y hoy,
hoy no sé dónde está.

Ricardo Baviera

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